domingo, 10 de agosto de 2014

POR HONTANARES DEL ERESMA, LOS HUERTOS, VALSECA Y ENCINILLAS (SEGOVIA)

9/8/2014

Hoy voy a salir a visitar una serie de pueblos pequeños pero muy cercanos a Segovia por lo que han tenido una expansión de nuevas viviendas y urbanizaciones y el casco antiguo a quedado reducido a muy pocas viviendas que, en su mayor parte, han sido restauradas.
Es, por tanto, difícil encontrar que hayan preservados sus chimeneas, puertas de madera originales.
Empecé por HONTANARES DEL ERESMA en el que su Iglesia está totalmente integrada en el casco urbano y me fue difícil hacer una foto que reflejara sus dimensiones aislada de las construcciones vecinas. De todas ellas ésta pone de relieve la fachada y puerta junto con ese enlucido geométrico típicamente segoviano


Luego fue recorriendo el pueblo para encontrar varias casas con ese enlucido y puertas bien conservadas. Una de ellas debió de ser un almacén de vinos y tiene una forma muy poligonal (con esa ventanita tan pequeña)



Como detalles curiosos encontré este llamador y esa fuente abrevadero de 1886


  
De ahí me voy a LOS HUERTOS con su iglesia del siglo XVI y zona des descanso nada más entrar


Encuentro, entre sus calles estas casas que mantienen su dignidad clásica entre tanta vivienda restaurada



Y estas dos pequeñas joyas con auténtico sabor de muchos años



Regreso a Hontanares para dirigirme a VALSECA en donde se distingue bien donde está su iglesia que forma casi un conjunto curioso con el depósito del agua (observar la cruz que hay encima del propio depósito)



En esta casita aparte del típico adorno de ladrillos y ventanas aún conserva unas pinturas en su fachada y esa pequeña estampa del Sagrado Corazón de Jesús que he visto en varias casas ( que lástima de cables y bajantes colocados con tan poco acierto y sentido de la belleza de esa fachada).



Vaya puerta! Con ese arco adornado y la madera bastante conservada. Ya quisiera saber para que han sido utilizados los dos ganchos junto al adorno central.


Y dejo constancia de esta típica puerta clásica con su llamador bastante usual y esa estampa a la que aludía antes. Por otro lado tenemos una chimenea en donde las tejas que se han colocado para impedir la caída de agua al interior siguen la costumbre segoviana de la teja invertida.



Y, de regreso a Segovia, me acerco a este pueblecito pequeñito y encantador de ENCINILLAS donde las paso canutas para poder encuadrar el coche y toda la Iglesia viéndose ese lateral con el típico enlucido


Viendo esta casa me planteo cual sería la utilidad de la puerta superior y, sin embargo, lo chiquitita que es la ventana. También paso por otra casa donde se puede ver el sistema de vigas de madera que sujetan el tejado sin que hayan rellenado los huecos con el correspondiente adobe



Encuentro estas chimeneas









domingo, 3 de agosto de 2014

DE BODA UN 26 DE JULIO

26/7/2014
Hoy es mi cumpleaños y voy a dedicar una gran parte del día a hacerle un favor, con mi DELAGE, a una persona que conozco de comer en su restaurante.
Su hija se casa en Marugán, un pueblo a unos 40 Km de Segovia y voy a llevarla con el coche.
Por la mañana me aseguro que va a funcionar todo bien y, tras arrancar el coche, me voy hasta Marugán comprobando que tardo 40 minutos. Hace un día de fuerte calor y aunque sería espectacular que llegara a la iglesia con la capota abatida creo que este sol tan fuerte puede abrasar a los novios y, por otro lado, despeinar a la novia.
Me paso por el florista que me entrega unos pequeños ramos para las puertas por las que subirá la novia, una cinta de flores para ponerla por detrás apoyándose en el propio arcón y le pido una cinta blanca para que vaya por encima del capota delantero hasta el termómetro del radiador.
Por la tarde llevo el coche a la casa de los padres de la novia donde colocamos todos estos adornos y coloco el coche en el jardín de la casa para que hagan fotografías a la novia dentro del coche con los niños que la acompañarán en la boda.






Aunque no tengo relación con la familia y su fiesta me doy cuenta que la vestimenta informal que llevo desentona con el ambiente de fiesta y en la boda del 6 de septiembre me pondré un pantalón negro y una camisa blanca.
Hace tanto calor que la novia se monta en el coche justo para salir a la iglesia. Vamos en el coche junto conmigo, que lo conduzco, el padre delante y detrás la novia con los dos niños que llevan las arras y anillos.




Cuando van a salir los esposos, y mientras la gente está pendiente de su salida, me preguntan sobre el coche y unas personas, que se van a casar el 27 de septiembre, se quedan con mi teléfono por si quieren que les lleve aunque lo hago de forma totalmente altruista. No quiero cobrar por una actividad en la que yo disfruto tanto como ellos conduciendo y aprovecho para moverlo.
Tras la ceremonia se montan solamente los esposos e iniciamos la marcha a Segovia lo más rápidamente que puede el coche. Tardamos los 40 minutos de rigor en llegar a la Fuencisla donde aprovechan para hacerse fotos en una gran explanada de césped bajo la presencia, en lo alto, del Alcazar.
Mientras están allí el coche sirve de reclamo para muchas personas que se hacen fotos junto a él aunque me sorprende que ninguno se interese por el modelo o historia del propio vehículo. Se me acerca una persona mayor que me enseña muchas fotografías que ha realizado de la ciudad de Segovia a lo largo de su vida y que me resultan interesantes porque se comprueba como han ido evolucionando los sitios desde hace más de 50 años. Veo que el coche también es un reclamo para que se me acerque gente que tienes ganas de contar algo de su vida y que escuchándoles se conocen cosas desde el lado más humano y popular.
La verdad es que disfruto conduciendo el coche y me encanta compartir ese disfrute con las personas que valoran estas antigüedades aunque no dispongan de las comodidades de los de ahora y vayan despacio, hagan un ruido importante, no tengan aire acondicionado y en los badenes de los pueblos las ballestas te hagan dar un salto importante. En fin, al menos ves pasar la vida más despacio y hasta puedes ver como un milano se lanza a por su presa tras haberla acechado desde el aire como si la presencia nuestra formara parte del terreno.
Cuando se hicieron todas las fotografías se montaron y los llevé al restaurante donde no me quedé porque el coche hay que guardarlo antes de anochecer ya que no puede ir de noche al no disponer de catadióptricos en la parte trasera.

En fin, son casi las 10 de la noche y salgo del garaje contento con haber pasado un día bastante distinto a la propia cotidianidad de mis cumpleaños y de mis propios viajes con el coche por los pueblos de España.